En el Paraguay la ineficacia de la normativa legal es determinante para la degradación ambiental, se ratifican convenios, se crean leyes, se ordenan zonas de protección, sin prever los elementos mínimos de ejecución o gestión a fin de asegurar resultados positivos. El caso de la Reserva para Parque San Rafael, no es la excepción, declarada tal en el año 1992, siendo solamente la deforestación y la realización de varios hechos punibles, algunas de las realidades constantes, que van menguando considerablemente esta porción de bosque con todos sus bienes ambientales, sin ninguna actitud de conservación o preservación, por parte de sus actores y con una mirada pasiva de parte de las instituciones que pudieran colaborar activamente. Se puede notar como la cultura extraccionista y una ley ambiental en blanco, colaboran a que la declaración de reserva, no pase a ser más que una literatura en el plexo normativo.