La caña de azúcar (Saccharum officinarum) tiene características definidas en cuanto a su composición química, con bajos niveles de proteína y minerales, altas concentraciones de fracciones de pared celular y contenido energético, presentando limitaciones nutricionales cuando se la ofrece como alimento único a rumiantes generando inhibición de la celulolisis ruminal, insuficiente contenido proteico para la nutrición microbiana y del animal, además de limitaciones fisiológicas como una lenta reducción del tamaño de las partículas, elevado tiempo de permanencia en el rumen. Una de las tecnologías para mejorar el valor nutricional de la caña de azúcar es la saccharina rústica, obtenida por fermentación, enriquecida con urea u otra fuente de nitrógeno no proteico (NNP), la misma que estimula la síntesis de proteína microbiana a través de los niveles NNP equilibrados, mejorando la población y actividad microbiana para lograr un mayor aprovechamiento de los nutrientes y con ello mejores rendimientos productivos.