La investigación trata de explicar la supervivencia de una élite mercantil mayorista importadora del interior de la Argentina en la era liberal (1880-1920) cuando precisamente parecían derrumbarse las situaciones sociales, económicas y políticas sobre las que se había asentado una práctica mercantil deudora de estructuras cuasi coloniales. Se analiza el impacto de la modernización del sistema de transportes, las posibilidades legal-contractuales, el funcionamiento de la justicia así como las prácticas corporativas de los grandes comerciantes para presionar por determinadas políticas públicas para reconocer los efectos disruptivos de las reformas y las habilidades individuales y colectivas de los grandes comerciantes para mantenerse como tales. El uso de fuentes primarias de diversa procedencia permite el entrecruzamiento de la información con el fin reconstruir el complejo mundo de las prácticas mercantiles y la perspectiva teórica en clave neoinstitucionalista posibilita una lectura novedosa sobre un período de la historia Argentina y Latinoamericana largamente analizado, desde miradas cuyo énfasis está puesto en los centros de poder.