El presente trabajo pretende ser una aproximación al mundo del sufrimiento y la victimización, en el contexto de la misión de la Iglesia. A partir de algunas claves de interpretación bíblicas, y de la categorización propia que Jon Sobrino ha establecido, se explora el mundo de las víctimas, destacando su carácter cíclico y reiterativo. De igual forma, se pone de manifiesto el carácter potenciador que ejerce la pobreza para la generación de nuevas víctimas y la perpetuación de los victimarios. En un segundo momento se explora el carácter eminentemente misericordioso del Dios bíblico, y su ulterior reacción frente al sufrimiento humano. Este Dios no permanece indiferente frente a la historia humana, sufriendo junto a todos los hombres y mujeres que han sido victimizados. Finalmente proponemos cómo la Iglesia, al ser continuadora de la misión de Jesús, debe recuperar este carácter entrañable y amoroso, descubriéndose que tal movimiento implica generar un nueva dinámica en la comprensión misma de los ministerios y carismas.