Carece de importancia si Dios existe o no, lo importante es la existencia de la consciencia que puedes experimentar directamente, en la que puedes sumergirte en silencio profundo y realizar que tú mismo eres Dios. Él no es ajeno a lo que tú verdaderamente eres. Tu alma en ti, es Dios en ti. Cuando penetras en el silencio consciente la mente se ausenta y la divinidad se manifiesta directamente desde tu alma en ti, revelándote a Dios despierto en ti mismo.En el último nivel de conciencia el yo individual se integra con la Mente Universal Divina. Entonces uno pasa a percibir directamente a todos los seres, a la Creación entera en su propia alma, no ve ya separación ni diferencias entre su Ser y todo lo existente. La Naturaleza, todos los seres vivos, el universo completo, todo lo que uno pueda experimentar están conectados e interactuando con nuestro interior, la vida misma se expresa a través nuestro, fluye mediante nuestro interior.Para alcanzar este elevado nivel es necesario eliminar las contaminaciones mentales, las impurezas de nuestra mente, que nos impiden la percepción pura directa de la realidad tal cual es. Esta es la etapa del autorrealizado, del iluminado.