Los modos tradicionales de la práctica en los proyectos de transformación urbana han implicado visiones unilaterales por parte del profesional. Prima la información cuantitativa sobre la cualitativa, concediendo un valor solo referencial a los factores sociales; se perciben a las comunidades locales como objetos de estudio y no como sujetos activos, simplificando la realidad a través de categorías y promedios. Partiendo de esta crítica a la construcción teórica y técnica de la práctica profesional -que ignora las percepciones de los usuarios- el autor propone mediante la creación de la Metáfora Colectiva una alternativa a las metodologías tradicionales de planificación y un modelo para incorporar a la práctica profesional de urbanistas y arquitectos formas de construir espacios no tecnocráticos, con la implicación eficaz y actuante de los ciudadanos y con mayor sensibilidad a sus necesidades, a sus anhelos y aspiraciones