Esta obra aborda la realidad residencial en la que los inmigrantes se encuentran inmersos en el municipio leridano de Alcarrás. Específicamente, versa sobre las dificultades que este colectivo enfrenta en su acceso a una vivienda. Multitud de variables vienen a relacionarse con tal temática de estudio, de las cuales las más relevantes son la dinámica del mercado y el prejuicio de corte étnico que opera produciendo desajustes en el mismo, así como generando un tipo especial de exclusión denominada residencial. Es en la morfología urbana donde se refleja el impacto de este fenómeno. El espacio metamorfosea en la medida en que las relaciones de inclusión y exclusión se manifiestan. De acuerdo con esto, la autora trata el estudio de la segregación espacial que, entiende, es producto de esta exclusión residencial. En última instancia pretende el esclarecimiento del porqué de la localización de los inmigrantes en determinados espacios urbanos. A fin de comprender el máximo de realidades posibles analiza, asimismo, la situación de los trabajadores que se concentran en los alojamientos comunitarios gestionados por el sindicato agrícola Unió de Pagesos.