Para Foucault el ejercicio del poder aparece como algo que es meramente físico, en la medida en que su blanco principal no es otro que el cuerpo. De manera que, en la constitución de los sujetos, el cuerpo se convierte en punto de apoyo de las técnicas de poder. En la perspectiva foucaultiana, el cuerpo posee un estatuto complejo: es instrumento y a la vez efecto del poder. Atravesado por variadas técnicas de poder, resulta a su vez inscrito en un campo de inteligibilidad determinado, e investido de una cierta "interioridad" que lo subjetiviza. Este libro analiza el estatuto del cuerpo en la obra foucaultiana, a la luz de la noción de "desdoblamiento". De manera que la historia de las formas en que los sujetos han sido constituídos puede leerse también como una historia de las formas en que los dispositivos de poder han llevado a cabo dicho "desdoblamiento" -desde el suplicio al que los cuerpos son sometidos bajo el poder del soberano, hasta la medicalización de la cual son objeto bajo la mirada biopolítica. Pero al mismo tiempo, el cuerpo -objeto y efecto del ejercicio del poder- se constituye, atravesado por los placeres, en el "lugar" privilegiado de las resistencias.