El terrorismo revolucionario fue el camino que unió el Terror jacobino, la Narodnaya Volya, el Partido Social Revolucionario, el terrorismo internacional anarquista, los fenecianos irlandeses, el socialismo europeo y la Inteligencia soviética en un esfuerzo continuado por establecer una nueva fe política y social. En este contexto, la confrontación política, económica, social y militar de las dos superpotencias, durante la Guerra Fría, les llevó a desarrollar una Guerra Secreta con el apoyo y fomento de acciones terroristas, golpes de estado, guerras de guerrillas, manipulación de elecciones y tráfico internacional de drogas en todo el globo. Por todo ello, de las acciones terroristas de la OLP se implementaría una Red Internacional Terrorista (FPLP, IRA, ETA, FARC, Baader Meinhof, etc), con la colaboración de países como la URSS, Libia o Irak. A lo cual la OTAN reaccionó creando la Red Gladio. Comenzaba así el patrocinio estatal del terrorismo del que la propia OLP se liberaría desarrollando un sistema de financiación propio que liberaría las acciones de la Internacional Terrorista, a escala Global, y permitiría la creación de los primeros Estados-embrión.