La responsabilidad directiva va mucho más allá de la simple ejecución de funciones y responsabilidades, implica la asunción de un rol que permita desarrollar todas las dimensiones que la organización, el entorno y el propio equipo necesitan. Asimismo, la dirección de equipos de trabajo no se consigue sólo por medio del dominio de ciertas técnicas, sino que parte del conocimiento más profundo de cuáles son las bases de las relaciones interpersonales en el trabajo y exige al mando un grado de madurez que le permita aceptar y potenciar las características diferenciales de la personas que están en su equipo, a partir de la concreción del propio proyecto directivo. El Valor del Matiz: las dimensiones del liderazgo aborda de forma clara y directa cuáles son las claves que potencian una dirección eficaz, creíble e impulsora de equipos, claves que, como en muchas otras ocasiones, se encuentran más en el enfoque que en la técnica, en los matices más que en la esencia. Los matices son los que pueden convertir un directivo medio en uno de brillante.