Las diversas experiencias como educadora le han permitido a la autora observar y escribir acerca de los comportamientos agresivos que se presentan en los y las estudiantes desde la más corta edad y cómo éstos pueden llegar a dificultar las relaciones sociales desde la infancia. Es por estas razones que en el libro se plantean actividades artísticas para que los menores puedan generar habilidades sociales que les permiten mejorar su relación con el entorno y sus congéneres. Estas actividades se han puesto en práctica en el lugar de trabajo, generando un clima de respeto y tolerancia entre los y las estudiantes; así como una mayor interacción entre compañeros de trabajo.