Durante muchos años los académicos dijeron que bajo el sistema capitalista no era posible solucionar los problemas de vivienda, el texto muestra que muchas ciudades latinoamericanas lograron importantes avances en vivienda propia, paradógicamente más en las ciudades pequeñas de países pobres. Los estados que confían en su gente brindan opciones para adquirir una vivienda con bajos intereses y largos plazos. La economía informal hizo su parte generando ingresos familiares que posibilitaron cumplir el sueño de la casa propia. Las alcaldías que cambiaron los usos del suelo interrumpieron los loteamientos ilegales y brindaron nuevas oportunidades a los más pobres. Excepto en Perú, las familias pobres quieren ser legales, pagar impuestos y contribuir al mejoramiento de sus barrios. Los jefes de hogar confían más en los bancos y en los Planes de Ordenamiento territorial municipal, ese es el cambio actual.