Vivir y crecer en el siglo XXI tiene lugar bajo el signo de la globalización. Los jóvenes se enfrentan constantemente a nuevas oportunidades y riesgos, que les exigen permanentemente tomar decisiones. La integración en las estructuras sociales también se sitúa en la responsabilidad personal del individuo. Las escenas juveniles, las redes sociales centradas temáticamente, son en sí mismas productos del mundo globalizado y son cada vez más importantes para los jóvenes. En este estudio se examina en qué medida la participación en las escenas juveniles puede influir en el individuo en la construcción de su identidad. El enfoque está en dos estrategias de identidad modernas: el patchwork y el otakismo. Se considera que son dos formas diametralmente opuestas de abordar las condiciones de vida modernas y complicadas, que permiten un modo de vida adaptado a las circunstancias del mundo que nos rodea, así como a los recursos y necesidades individuales. Con la identidad de Otaku se aborda por primera vez una forma de búsqueda de identidad alternativa que hasta ahora no ha sido definida ni investigada empíricamente.