El 27 de enero de 2017, el Ayuntamiento de Barcelona decidió retirar la estatua del marqués de Comillas del emplazamiento en el que se encontraba desde hacía 138 años. La razón: Antonio López había sido, según un distinguido profesor de Historia contemporánea, un «connotado negrero». Esta acusación se basó fundamentalmente en el libro que Pancho Bru, cuñado del marqués, publicó en 1885 tras fracasar en su intento de extorsionar al hijo de este último. El libro es un verdadero panfleto que sólo se puede aceptar si se desconoce, entre otras muchas, la opinión de Jacint Verdaguer sobre su autor: «Póngase a bien con Dios y Dios bendecirá sus obras, que hoy no merecen la bendición divina». El clima de opinión desarrollado a partir de la mencionada acusación explica la lamentable decisión del Ayuntamiento de Barcelona, decisión que sería muy de desear que se reconsiderase.