Usualmente los textos sobre emprendedores comienzan con una frase lapidaria del tipo: “El peligro mayor para el emprendimiento consiste en que el emprendedor se enamore de su idea”. Nosotros pensamos exactamente lo opuesto y con este libro aportamos elementos para sostener nuestra opinión: Si el emprendedor es incapaz de enamorarse de su idea cuando la ve por primera vez en la cuna, poca esperanza de vida tendrán el emprendedor y su idea. Obviamente no se pone en tela de juicio la necesidad de objetivar el análisis en algún momento del avance del proyecto (planes de negocio, pensamiento estratégico, análisis FODA, herramientas de gestión, etc.). Si lo hiciéramos, no tendríamos libro. Sin embargo, creemos poder demostrar que el motor principal del emprendimiento es ese flechazo, ese amor a primera vista, esa pasión primigenia entre emprendedor e idea. Es cierto que para andar no basta con el motor. Hace falta un habitáculo donde ubicarse; se requiere un volante para dirigir; sin olvidarse de los frenos por si aparece un abismo en un recodo del camino. Pero el conjunto de habitáculo, volante, freno y demás infraestructura, no es más que obra muerta sin el motor que la haga marchar.