Desde la segunda mitad del siglo veinte, los Estados han experimentado procesos de expansión y contracción en su compromiso ciudadano, siendo las políticas sociales una de las expresiones más sensibles de los efectos estructurales y de las articulaciones instituciones entre estado, economía y familia. Esos procesos han abierto un enriquecedor debate acerca de los alcances y objetivos de las actuales políticas sociales y de su rol en la provisión del bienestar social. En su evolución política y económica, el caso de Chile alberga en menos de cincuenta años dos modelos de desarrollo opuestos que han modificado el compromiso del Estado de asegurar unas condiciones mínimas de vida, entendidas como derechos sociales: el primero, de tipo keynesiano y el segundo, basado en el neoliberalismo económico. Desde una interpretación diacrónica, procesual y evolutiva de las políticas dirigidas a las mujeres se exponen los alcances y limitaciones de los tipos de regímenes políticos, modelos económicos y proyectos de sociedad sobre los cuales se han elaborado esas políticas, explicándose el tipo de noción de bienestar ha sobrevivido y las razones que se esbozan para su legitimación.