Este libro plantea un abordaje que se sitúa entre dos momentos, el de la producción del conocimiento y el de sus procesos de evaluación. Se trata de una brecha en la que hoy se identifican elementos de tensión. El análisis desarrollado intenta poner en evidencia aquellos espacios en los que el científico considera que la valoración de su actividad no contempla el verdadero alcance y la complejidad de dicha tarea. El marco teórico en el que se apoya este desarrollo es el de la tecnociencia. Los conceptos que construye dicho abordaje nos permiten interpretar de un modo amplio ese contexto en el que trabaja el investigador. Por ello, el entorno social será un elemento gravitante en todo el escrito. Además, se incluyen los resultados de un importante trabajo de campo realizado especialmente para el presente estudio en el que se relevó la opinión de 1654 científicos en actividad, tanto en su rol de evaluadores como en el de evaluados. Lo que se busca establecer en el libro son algunos ejes para el debate orientados, principalmente, a los niveles de definición de políticas para el sector. Además de las instancias de gestión y de evaluación de la ciencia y de sus instituciones.