Comparar de modo crítico el mundo globalizado y el Imperio Romano no es nada fácil, ya que utilizar conceptos de hoy para interpretar el pasado produce conflictos. Una reflexión sobre la Britania nativa y su proceso desde los dominados a ser una provincia romana, donde se problematiza la identidad originaria y su resistencia a la romanización nos llevará inevitablemente a los problemas del hoy. Una visión cultural nativa en lo político, religioso y social, que explica la oposición a los diferentes mecanismos integrativos del Imperio. Las relaciones materiales, espirituales entre los individuos, iluminaría lo complejo del cambio sufrido en la post-conquista. Se afirma que la idiosincrasia britana evidencia en parte la resistencia a la romanización, como factor en la rebeldía a la imposición de políticas coercitivas y aglutinantes de Roma. Por lo tanto, se considera la identidad como parte de un pensamiento de resistencia anti-romanizadora durante el siglo I. Por último, una consideración reflexiva del fenómeno desde la invasión y aculturización, combinando aspectos idiosincráticos, ligados a la dignidad y a las formas de resistencia proyectándolo al proceso globalizador de hoy.