El Laboratorio Clínico tiene un papel fundamental en el estudio de los líquidos biológicos: cefalorraquídeo, ascítico, pleural, broncoalveolar, articular, etc. De ellos, el líquido broncoalveolar es importante en el diagnóstico de las enfermedades pulmonares intersticiales. El análisis de las subpoblaciones linfocitarias (CD3+, CD19+, CD3-CD16+56+, CD3+CD4+, CD3+CD8+, CD3+CD4+CD8+, CD3+CD8+CD56+, CD3- CD16+56+CD8+ y CD3-CD16+56+CD8-) por citometría de flujo junto a la evaluación de la distribución de las poblaciones celulares (macrófagos, linfocitos, monocitos, eosinófilos, neutrófilos y basófilos) ayuda en la orientación diagnóstico de estos pacientes. El inmunofenotipo por citometría de flujo, que emplea anticuerpos monoclonales altamente específicos, se ha convertido en los últimos años en una técnica indispensable para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades oncohematológicas (síndromes linfoproliferativos, leucemias, gammapatías monoclonales, ...) y en el diagnóstico inmunológico (subpoblaciones linfocitarias en HIV, subpoblaciones linfocitarias en líquido broncoalveolar, determinación de antígeno HLA-B27, ...).