El conflicto está presente en todo tipo de relaciones, familiares, entre vecinos, en los colegios, en las universidades, en los espacios laborales entre otros. La necesidad del hombre de vivir en sociedad hace inevitable la convivencia, y con ello la presencia de los conflictos; con el sólo hecho de la existencia de dos o más intereses contrapuestos o de oposición entre sujetos se da pie al inicio del enfrentamiento entre posturas contradictorias. Todas las áreas del conocimiento de las ciencias sociales, en especial la educación, aportan a la sociedad perspectivas y enfoques significativos para comprender el comportamiento humano, su manera de vivir y convivir con los otros; el derecho, la psicología, la sociología, la filosofía, la educación y otras fuentes de conocimiento, tratan de comprender las relaciones interpersonales a partir de diferentes ópticas. En este escenario emergente, encontramos al conciliador, un actor interdisciplinar que propone fórmulas de arreglo, soportadas en el diálogo de saberes, no obstante son las partes basadas en el principio de la autonomía de la voluntad, quienes libremente deciden conciliar o no el conflicto.