Desde la conformación del Estado Moderno la administración de éste ha jugado un papel decisivo en las relaciones de la sociedad, sea como garante de igualdades o como acrecentamiento de las desigualdades que se generen en ella. Desde este punto de vista, y para los efectos de nuestro análisis destacamos que Chile desde el retorno a la democracia en 1989, la creación del Servicio Nacional de la Mujer en 1991, la incorporación del Sistema de Equidad de Género en el Programa de Mejoramiento de la Gestión y como antecedente más reciente y la elección de la primera mujer Presidente de la República a nivel continental, han centrado las diferencias de género y su posicionamiento en cargos de toma de decisión, en los debates de intelectuales, en las medidas de autoridades nacionales y, lo que es más importante, en la opinión pública.