En las últimas décadas paralelamente al desarrollo de la industria petrolera ha aumentado la contaminación antropogénica en los ecosistemas marinos. El vertimiento de petróleo crudo y sus derivados provocan efectos negativos a corto, mediano y largo plazo. La eliminación de los contaminantes de forma natural puede tardar años, e incluso no ocurrir; para acelerar este proceso y garantizar la recuperación del ecosistema dañado, se emplean técnicas de biorremediación, vertiente emergente de la biotecnología ambiental que se basa en el empleo de la actividad metabólica microbiana para degradar los hidrocarburos del petróleo. La aplicación de esta tecnología en los ecosistemas marinos incluye dos variantes esenciales: bioestimulación y bioaumentación. La selección de la técnica a emplear transita por el análisis de diferente factores abióticos y bióticos que influyen en el proceso de biodegradación; los factores abióticos incluyen los relacionados con el contaminante y las condiciones medio ambientales, y los bióticos, todo lo referente a la población microbiana. En el desarrollo de la de la tecnología de la biorremediación se han formulado diversos tipos de productos comercializables.