Cuando se enfrenta la ardua tarea de escribir un libro técnico sobre un tema específico, lo primero que se piensa es en consolidar todas las experiencias de campo, sin embargo la gran mayoría de las personas que laboramos en el sector agropecuario realizamos extensión, pero con muy poca documentación de los ensayos y resultados. Muchos de los procesos tecnológicos en el campo han partido de la base de los conocimientos empíricos de quienes con empeño y ahínco han abierto el camino al desarrollo agropecuario de las regiones. Tal es el caso de las zonas bananeras del país, las cuales a pesar de la influencia inicial de compañías multinacionales, fueron desarrolladas sin el conocimiento de las características básicas que determinan el movimiento del agua en el suelo, actuando más en función de los buenos o malos resultados de determinadas labores, en la producción final, que de procesos planificados. Uno de los compromisos que como profesionales y educadores debemos adquirir es el de contar nuestras experiencias para que los futuros profesionales tengan herramientas de análisis para enfrentar los problemas técnicos inherentes al desarrollo del cultivo.