La arquitectura de la abstracción formal surge como una reacción en contra del movimiento posmoderno encabezado principalmente por Robert Venturi. Debido a su naturaleza contestataria, en su carácter expresivo encontramos una cierta radicalidad, renuncia y discontinuidad con la disciplina. El lenguaje de esta arquitectura ha despertado una polémica que se deriva directamente del carácter expresivo de su lenguaje arquitectónico, que es consecuencia de la acción interdisciplinaria de la arquitectura con las artes plásticas. Para esto, nos centramos analizar la obra de Daniel Libeskind: el Museo Judío en Berlín. En torno al análisis de esta obra, dimos cuenta que la arquitectura de la abstracción formal, es una manifestación que sintetiza y recupera dialéctica y críticamente, algunos atributos positivos tanto del proyecto utópico moderno como de las diferentes lecturas posmodernas de la realidad. Así, bajo esta óptica sintética, la arquitectura de la abstracción formal posee la vocación de aspirar no sólo a una antítesis, sino a un nuevo paradigma conceptual de la arquitectura de nuestra época, alejándola de los diferentes calificativos nihilistas con que ha sido calificada.