Basada en el modelo social, la CDPD implica un cambio de paradigma en la forma de entender, abordar e intervenir la discapacidad. Al surgir de sus protagonistas, no sólo busca incluir el tema de la discapacidad en el discurso de los derechos humanos y crear una sensibilidad al respecto, sino, sobre todo, pretende mostrar a la sociedad que -más allá del apoyo necesario para realizar las labores cotidianas- las personas con discapacidad pueden tomar su vida en sus propias manos. Las personas con discapacidad, como todos los seres humanos, necesitan estar insertas en la sociedad y en el mundo laboral. De ahí la urgencia de contar con familias acogedoras que reciban en su seno a los hijos con discapacidad; de profesionales preparados para educarlos respetando su dignidad; de verdaderos humanistas en la empresa que, entendiendo la importancia del trabajo en el crecimiento y realización de la persona, les den una oportunidad; y de una sociedad que vuelva a comprender el valor de la caridad, atendiendo a la verdad de cada persona, permitiéndole ser protagonista de su propia vida y, como dijera el PapaBenedicto XVI, formar parte “del tesoro de compasión que necesita el género humano".