Estados Unidos ha hecho de Israel uno de sus socios estratégicos más importantes en el mundo. En un principio, la relación se fundamentó en la contención del comunismo y de la Unión Soviética en la región. En la actualidad, la relación bilateral abarca —entre otros— intereses políticos y militares: la contención del islamismo radical, percibido por ambos estados como una amenaza permanente, requiere de una extensiva cooperación económica y armamentística. Para sostener dicho gasto—que abarca un quinto del presupuesto en ayuda humanitaria que otorga anualmente la potencia norteamericana— se ha consolidado un poderoso lobby pro-israelí que ha influido ampliamente en la política exterior estadounidense. Por lo anterior, un análisis juicioso de la forma en que funciona la relación entre ambos estados requiere tener en cuenta, en conjunto, los factores domésticos, como las instituciones y la estrategia cultural, y los factores sistémicos, como el sostenimiento mismo del Sistema Internacional. En este libro se desarrolla tal análisis.