Hacer ciencia bajo un modelo como el chileno, por ejemplo, no resulta simple ni fluido, menos aún tal vez en regiones (...). En la Región de Tarapacá, norte de Chile, en pleno 2019, no es posible afirmar que la ciencia esté en una posición ventajosa, todo lo contrario. Si bien existen las redes históricas tradicionales y contemporáneas de la ciencia a nivel mundial (qué duda cabe) que conectan la ciencia regional con alguna porción de la nacional y la internacional, su posición en la estructura política y económica dominante no es del todo central y menos aún poderosa. Y si bien se respeta y se prestigia a la ciencia y a los científicos, en tanto sujetos de admiración o incomprensión social, no siempre sus conocimientos, estudios, tecnologías, transferencias y líneas de investigación para la innovación son primordiales en las decisiones políticas (...)