Para muchos pensadores contemporáneos todos los caminos de la filosofía política contemporánea parecen conducir a John Rawls. Miguel Giusti, por ejemplo, asegura que se lee a Rawls para seguir sus pasos o para desandarlos, para emular su propuesta teórica o para hacer de ella el blanco de críticas, pero teniendo siempre como punto de referencia el modelo de justicia imparcial asociado ya indisolublemente a su nombre. Es precisamente de John Rawls y de su concepto político de persona, descrito en Liberalismo Político, de lo que nos ocuparemos en este trabajo para articularlo con aspectos centrales de su pensamiento que se encamina en últimas a la formación del ciudadano. Este es el problema central que ocupará las siguientes páginas.