La cultura actual supone un formidable reto a la pregunta por el Sentido de la Vida, ya que la considera carente de sentido y cree que no debería siquiera plantearse. ¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? Este fue el interrogante al que trató de responder la primera obra de esta Trilogía sobre el Sentido de la Vida, en la que se hizo una esclarecedora radiografía histórica. Ahora se clarifica el Criterio de Búsqueda para corregir los múltiples desenfoques y errores detectados, con intención de remover esas dificultades. Se desmonta la falacia del Relativismo y el sofismo del Cientifismo como dos consecuencias derivadas del Voluntarismo (la voluntad se adueña de la verdad e impone su falta de criterio a la inteligencia). Su fruto es la impostura de Dios como algo ajeno a la razón o a la vida humana (Ateísmo y Agnosticismo). Cuando la razón se cree autónoma entonces se endiosa y se ciega a sí misma, por eso se exponen los principios de una Antropología Integral fundada en la llamada al Amor Interpersonal como el ámbito luminoso más adecuado para plantear esta cuestión.