Una de las definiciones más corrientes del cine, es la que plantea que el séptimo arte es imágenes en movimiento. Sin embargo, se ha de resaltar, también, que el cine es el arte que condensa la realidad espacial y temporal, en una escena. Gracias a ese efecto de condensación, se puede leer en las escenas que nos presenta un director, la presencia de un sujeto que vive cautivo en su realidad espacial y temporal. Aunque los efectos del espacio sobre el sujeto son poco evidentes, éste si es afectado por el lugar en el que se halla inmerso. De igual modo, el tiempo en el que transcurre la escena, habla de cómo ese sujeto surge o se desvanece en ese transcurso espacio-temporal. Esta lectura es posible, gracias al lenguaje. Aunque haya diferentes manifestaciones de lenguajes, para lo humano, sólo existirá el lenguaje. Por ello, más allá de la palabra, o incluso, en ausencia de ella, siempre habrá un sentido, dado que por estructura, es imposible escapar del registro simbólico. Inmersos en el mundo simbólico, por las interpretaciones, se puede dar sentido a eso que para cada quien, es significante.