El sujeto actual se encuentra inserto en un discurso capitalista de consumo y globalización, entre tanto, se ha invertido la fórmula del "Cogito Cartesiano": “No pienso, luego no existo, de esta manera no me responsabilizo". La elección por el no pensar en el sujeto de hoy es un voto por el auto castigo por existir, el cual, al mismo tiempo, lo confronta con la quimera del ser a expensas de su negación: el ser y el pensar, el no ser para no pensar, no pensar para simular no existir y estar evadido atrás de una pantalla. Al final, la muerte del lenguaje.