La pérdida de consciencia es un componente esencial de la anestesia y sus características neurofisiológicas son similares a un estado de coma reversible inducido por fármacos. La monitorización de la hipnosis y de la pérdida de consciencia se realiza mediante monitores de profundidad anestésica, estos recogen la actividad eléctrica cerebral y mediante la aplicación de un algoritmo matemático convierten los datos analógicos en digitales para generar un índice simple de fácil compresión. Entre los dispositivos de monitorización de la profundidad anestésica destacan el electroencefalograma (EEG) y el análisis biespectral (BIS) bilateral. El EEG registra la actividad eléctrica de las neuronas piramidales del córtex mediante multitud de electrodos y canales situados en la superficie del cuero cabelludo. El BIS bilateral en cambio simplifica la lectura de este registro. Consta de 4 canales situados en ambos hemisferios que además de recoger la actividad eléctrica permite ver los cambios en la distribución de la potencia espectral y las oscilaciones del EEG en función del fármaco administrado y de la intensidad del estímulo.