Un problema de actualidad para la filosofía de la educación y para las Cs. de la educación compendia la gama de condicionamientos que la sociedad posmoderna ofrece a nuestros jóvenes. La influencia posmoderna en ellos, a través de los Medios, les ha conducido a cambiar totalmente sus creencias y su visión del universo. El problema es complejo y múltiple, es un reto para los educadores y para cuantos se preocupan por el desarrollo humano y social del hombre. A ellos va dirigido este trabajo y a cuantos se comprometen con el porvenir de nuestra humanidad contemporánea. Desde la Filosofía de la Educación, el reto para abordar el problema, en toda su complejidad, consiste en buscar, siguiendo la forma preventiva, los recursos propios en la misma naturaleza humana de los educandos, empezando por asumir una actitud de negación a la herencia del posmodernismo. Tratar de enseñar a los jóvenes a ser constructores de su autorrealización, partiendo de los datos de su propia experiencia. Inducirlos a crear un criterio de verdad y de bien que desarrolla las aptitudes de libertad y democracia, a vivir el amor de benevolencia que despierta la fe en las realidades intangibles y la solidaridad.