11 de septiembre de 2008, Bolivia amanece con una tragedia: por lo menos 14 personas fueron asesinadas en el pueblo amazónico de El Porvenir. Las informaciones son contradictorias y entre partidarios de Evo Morales y adeptos al movimiento autonomista se pasan las culpas. Hasta hoy el caso está sin resolver. Mediante un análisis de contenido del principal diario de Bolivia, en los días previos a la matanza, se acercarán pautas discursivas que permitirán observar como los medios de comunicación de masas son parte de la clase dominante y de la lucha por el poder. Por tal, su proclamada objetividad es imposible; incluso peligrosa. Detrás del discurso que reproducen están sus propios intereses y su necesidad de crear un mensaje que permita su permanencia en aquel lugar de privilegio.