La contaminación del medio ambiente, en el más amplio de los sentidos, es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad. El aumento de la contaminación y la diversificación de los contaminantes se relacionan con el desarrollo de las actividades antropogénicas tales como la actividad industrial, la agricultura, el turismo, el tráfico marítimo, etc. No obstante, las diferentes actividades económicas son primordiales para la población mundial, por lo que evidentemente resulta imposible prescindir de ellas. Hoy en día se reconoce que la mejor manera de afrontar el problema de la contaminación es el control tanto de la producción de residuos sólidos, como de las emisiones líquidas y gaseosas al medio ambiente. No obstante, una gran parte de estos residuos siguen siendo vertidos directamente a los cursos de agua llegando finalmente al medio marino, el cual actúa como transmisor global, y es uno de los principales perjudicados por la contaminación procedente de las actividades humanas.