La agresión es un fenómeno constante en nuestra sociedad. Convivimos con ella y somos testigos de sus manifestaciones y consecuencias, sin que podamos explicarnos satisfactoriamente sus orígenes. ¿Por qué nos airamos y resolvemos nuestras diferencias por medios violentos? ¿Es que somos naturalmente agresivos y nos comportamos como bestias, o incluso peor que ellas?¿O somos seres pacíficos a los que la tensión social vuelve agresivos? Semejante asunto ha despertado el interés de especialistas en variadas disciplinas, y sigue suscitando controversia.Hay quienes afirman que el conocimiento de cierto "trasfondo animal" sería de gran valor para la solución de los problemas conductuales humanos. El presente libro pretende discutir algunas posiciones sobre el tema y hacer una consideración crítica de la preocupación de la etología o ciencia del comportamiento animal por resolver este importante enigma.