Este libro supone que hay dos grandes escenas continuamente proyectadas en nuestra cultura: la muerte de los dioses mitológicos, narrada por Borges en 1960 y la muerte de Dios anunciada por Nietzsche en 1882. En seguida pregunta: ¿Dios y los dioses estarán realmente muertos? ¿Permanecen muriendo? El acontecimiento de la muerte de Dios remite metafóricamente a la crisis de los valores, principios y conceptos creados por la razón moderna. La muerte de los dioses mitológicos, metafóricamente critica las pretensiones de racionalidad de nuestra cultura; es metáfora de la crítica a las pretensiones de la razón Occidental, desde su nacimiento junto con el de la filosofía en la Grecia Antigua. Como muertes en proceso, en marcha, los acontecimientos provocan la existencia de fragmentos que son material estético de la metafísica fantástica borgeana. Lo fantástico, en ese sentido, estaría en la nueva vida adquirida por los conceptos metafísicos y por los atributos divinos cuando, no absolutos. Además del problema científico y moral que la muerte de Dios configura, los lectores encontrarán un ensayo que procura demostrar cómo tal muerte participa en la renovación de la literatura contemporánea