El envejecimiento poblacional en los países desarrollados va a tener importantes repercusiones económicas, sociales y sanitarias. El colectivo de los mayores supone una importante oportunidad empresarial al que adaptarse en tiempos de crisis. El sector bancario, profundamente afectado por la situación económica, debe orientar sus estrategias para cubrir y satisfacer las necesidades de este público. Instalaciones, productos, perfil del empleado, etc, deben ser sujeto de estudio y revisión. En este trabajo se analiza qué dimensiones de la calidad del servicio ofrecido en la banca son valoradas por las personas mayores y cómo las mismas repercuten en su satisfacción y suponen la recompra y fidelización a la entidad.