En la actualidad hay un cambio en los métodos de inducción del aborto reemplazando los métodos mecánicos endouterinos por farmacológicos que cuando fallan se asocian a complicaciones maternas y fetales. Uno de los medicamentos utilizados para tal fin es el misoprostol el cual es empleado en muchas situaciones sin supervisión, ni indicación médica. La exposición in útero al misoprostol ha sido asociada con la presencia de malformaciones congénitas (MFC) tales como el “Síndrome de Moebius”, este es una entidad clínica descrita desde 1543 por Paul P. Moebius, y se caracteriza por agenesia o hipoplasia de los núcleos del VI y VII par craneal y en algunas ocasiones malformaciones en miembros superiores e inferiores asociadas. A pesar de la gran cantidad de estudios clínicos y básicos referentes al tema, aún no se han precisado los factores que desencadenan esta entidad clínica, y se considera actualmente como heterogénea. Además, los modelos experimentales en animales de laboratorio no han sido exitosos para demostrar los efectos teratogénicos del misoprostol, aunque se acepta una clara asociación de su uso durante la gestación y el Síndrome de Moebius en humanos.