En este libro el protagonista es el mito, su alargada sombra y su perenne huella. Módulo de la historia, se mueve delante de ella, legitimando y configurando el “alma” de las épocas históricas. Permite la posibilidad de reintegrar la tradición, funcionando como instrumento de comprensión de hechos de los que somos agentes y testigos. La consideración mítica, como la científica, es una manera posible de interpretar la experiencia. Cada una posee sus contenidos categóricos, principios apriorísticos y estipulaciones. La ciencia incluye lo “mítico” en su exposición pública, mostrándose parasitaria sobre el potencial interpretativo del mito, su durabilidad y persistencia. Lo “mítico” y lo “científico” se unen en la “estética” del entendimiento humano. Las nuevas mitologías modernas poseen todavía un carácter genésico, liminal, transformador y transicional. Nos remiten al origen de las cosas a través de nuevos héroes, deidades y semidioses del mercado y de la globalización, reinando en una audiencia sometida al imperio de la imagen, el audiovisual y la electrónica.