Por último, las abejas visitan una sola especie de flor durante un viaje de alimentación (un hábito conocido como constancia floral), lo que garantiza que el polen se mueva de manera eficiente y precisa. Por el contrario, todos los demás insectos visitantes florales -menos algunas mariposas tropicales: Heliconine- par alimentarse de néctar visitan cualquier flor adecuada que encuentren en el paisaje. También visitan las flores para buscar compañeros par el apareamiento, para tomar el sol o el calor. Y al hacerlo, pueden entrar en contacto con el polen. La abundancia de moscas y escarabajos y sus altos niveles de actividad en la visita de las flores significa que aunque el transporte del polen es por casualidad y sólo puede ser de unos pocos granos a la vez, son valiosos polinizadores. Esto es particularmente cierto para las moscas en las regiones más frías (alpino o árticas), en los que pueden ser más importantes que las abejas.