El sistema de pagos tiene como objeto fundamental la transferencia de valor monetario entre los diferentes agentes de la economía. El correcto funcionamiento del sistema de pagos es un elemento indispensable, condición necesaria y suficiente para la realización de la mayor parte de las transacciones e intercambios monetarios que tienen lugar en el sistema económico en el día a día. La naturaleza fundamental de una crisis que afecte al sistema financiero tiene como origen situaciones de iliquidez en el sistema, las cuales pueden ser originadas por shocks y/o problemas de incumplimiento de pagos que se pueden originar, entre otras cosas, por fluctuaciones de las expectativas del público.Asimismo, los eslabonamientos propios de todas las actividades que forman parte del sistema económico pueden ocasionar que una crisis originada por un shock que afecte inicialmente sólo a un miembro del sistema de pagos se transmita a los otros sectores de la economía. Es, pues, de la mayor importancia contar con normas y políticas que faciliten la transferencia de valor en en situaciones consideradas normales, pero sobre todo en situaciones que puedan presentar gran potencial para una crisis.