Las enfermedades isquémicas del corazón están consideradas como padecimientos emergentes, asimismo, constituyen un problema de salud pública. La población, al no asumir hábitos que favorezcan estilos de vida saludables, derivado, tal vez, de la percepción subjetiva de su estado de salud, es la principal causa del fenómeno, omitiendo con ello la cuantificación de estándares que la avalen a través de mediciones o chequeos. El estudio de Framingham contribuye a reconocer las causas de la enfermedad coronaria, convirtiéndola en una de las más predecibles. Si bien el personal de enfermería activo cuenta casi siempre con algunos factores de protección importantes como la ausencia de tabaquismo y la edad, con el tiempo pueden cambiar hasta lograr presentar un riesgo mayor de padecer cardiopatía isquémica si no se actúa sobre los factores de riesgo modificables, como el resto de la población general no dedicada al cuidado y atención de la salud.