La preparación laboral para la vida adulta e independiente de los escolares con retraso mental, constituye en una las prioridades de la educación y una de las líneas de desarrollo de la enseñanza especial, a pesar de esta intencionalidad, las exigencias sociales son indicadores que precisan los objetivos de la educación y por ende seleccionar acorde a ellas los contenidos y actividades de aprendizaje que satisfagan las aspiraciones comprendidas en el encargo social. La formación para la vida laboral de las personas con retraso mental se puede considerar como la culminación de la educación escolar recibida y en particular, el logro de la rehabilitación integral. El éxito de una formación integral se logra mediante la correcta instrumentación y salida curricular y extracurricular de los objetivos propuestos en todos los contextos educativos en los cuales se desarrolla el escolar.