El envejecimiento poblacional que experimenta hoy la sociedad cubana, como producto del completamiento de la transición demográfica, tiene su determinante más próximo en la fecundidad. El ascenso cada vez más del grupo de personas en la tercera edad y el bajo índice de reemplazo, que afecta directamente la disponibilidad de fuerza laboral, constituyen en la actualidad un reto, atendiendo a los efectos que ya este fenómeno tiene sobre el resto de la población y en cada una de las actividades que realizamos cada día hombres y mujeres. Se impone la búsqueda de alternativas para contrarrestar las consecuencias de tal fenómeno y las Ciencias Sociales están llamadas a jugar un papel protagónico en ello, fundamentalmente desde experiencias novedosas que arrojen el basamento teórico para entender y explicar los cambios que se han producido en el comportamiento reproductivo de la población a la luz de factores sociales y culturales propiciados por las mismas condiciones en la que hemos vivido. Factores que van desde la situación socioeconómica que ha vivido nuestro país, hasta las prácticas culturales matizadas por un fuerte machismo arraigado en los miembros de la sociedad.