Si mañana entrase en vigencia una ley que usted considerase gravosa por disminuir o modificar en alguna forma el ejercicio de un derecho del cual usted goza, ¿cuál de las siguientes opciones escogería?: a. Buscar alguna excepción, interpretación o redacción ambigua de la ley para «escapar» de sus efectos, b. hacer una marcha pidiendo su derogación o, c. iniciar un proceso judicial para evitar su aplicación. Siempre, en cualquier supuesto y ante cualquier posibilidad que usted imagine, el problema entre la nueva ley y usted se reducirá finalmente a saber si le será aplicada o no; y, de ser así, ¿qué podría hacer frente a ello si la ley no fuese adecuada para su caso? De acuerdo con la idea que desarrollaremos en el presente libro, para que una disposición normativa pueda ser aplicada adecuadamente, es pertinente tener cuenta estos dos factores: Su ámbito de acción y los efectos; el trabajo con ambos nos permitirá desarrollar un método de aplicación a través de grados o intensidades, útil para que cualquier persona pueda saber si la disposición y su aplicación es adecuada, y tener noción de qué hacer en caso no fuese así.