La mayoría de las interpretaciones que se han realizado de Contra Académicos de Agustín han puesto el énfasis en el aspecto epistemológico de la obra y la presentan como un esfuerzo meramente racional por establecer, a partir de la veracidad de los argumentos brindados desde la lógica, la ética y la física, la posibilidad de hallar conocimiento cierto. Se considera importante privilegiar una lectura de la obra que tenga en cuenta el argumento ético y moral de Agustín contra los académicos, como lo consideran John Heil (1972) y Ryan Topping (2012). De ahí que este trabajo se centre en analizar la relación entre la sabiduría y la felicidad a partir de las consideraciones que Agustín hace del sabio en dicha obra. Es bien sabido que las escuelas filosóficas helenísticas, además de presentar los puntos teóricos de sus sistemas, proponen un modo de vida o ethos en relación con sus discursos. A partir de esto exponen un modelo de sabio y una consideración sobre lo que significa llevar una vida buena o feliz. La pregunta que dirige la exposición se formula en los siguientes términos: ¿A quién se puede llamar sabio y feliz de acuerdo con las reflexiones de Agustín en Contra Académicos?