El ámbito Espiritual, Ético y Moral repercute en cualquier acción y conducta humana, y en especial en el campo educativo, confrontando la vida del estudiante desde los primeros momentos de su educación básica para llegar a convertirse en la columna y fundamento de su salud física, mental y espiritual. La educación esencial aquí propuesta, es la ir co-generando y construyendo todo aquello que respeta verdaderamente la dignidad humana, y que reconoce las exigencias integrales de la persona, con la tendencia constante de involucrar en el salón de clase la edificación de una comunidad fraterna. Esta formación exige a los educandos un esfuerzo y labor constante que tiene como objetivo lograr una mejor vida para cada estudiante, así como el bien concreto de la comunidad de aquellos que lo rodean. Desde las bases del humanismo integral podrá surgir una auténtica civilización de personas, es decir, la cultura o la civilización como eclosión de la vida propiamente humana, no sólo en cuanto al desarrollo intelectual y material, sino también en cuanto al desarrollo espiritual-moral, necesario y vital que nos permita conducirnos virtuosamente en la búsqueda del amor en su total plenitud.