La obra trata de un encuentro ilusorio entre el Filósofo de la Sociología Pierre Bourdieu y la autora; se da en un primer momento en un café parisino, donde el autor de la Teoría de la Acción Social, diserta ampliamente acerca de su teoría y del proceso de la conformación de los conceptos bourdianos; rescatados de quienes le antecedieron y como los reconstruyó cognitivamente. El segundo tiempo la escritora, con todo lo asimilado y, lo antes investigado despliega su interpretación hermenéutica de dichos saberes. Concuerda con la praxis del entrevistado; en como lo cotidiano individual, pasa a ser colectivo social. Explicándolo a través de la amalgama de las nociones Campo, habitus y el Capital Simbólico, según él, no se logran entender por separado; cosa con la cual la investigadora no concuerda y explica. Por otro lado, existen otros conceptos que le dan vita a la teoría. Entre ellos; Espacio Social, Ludus Social, Agentes y Actores sociales. En última, son ellos los que hacen posible la acción social. Otro aspecto importante es la connotación de aparejos metódicos bourdianos; vistos como instrumentos idóneos para realizar investigación social y se hace un llamado a usarlos.