La rigidez de los productos microfinancieros del sector formal, ha contribuido al desarrollo y crecimiento de los créditos informales, que compiten con facilidad y oportunidad en el otorgamiento, así como con el cobro a domicilio, sus tasas superan por mucho las de usura permitidas, pero aprovechan la necesidad de las personas, la falta de capacidades financieras, además de un sistema indiferente y rígido frente a su papel en la inclusión financiera. El minicrédito es un producto que promueve el pago de la deuda con la devolución de intereses en forma de ahorro aprovechando las tasas permitidas legalmente en Colombia, incentiva la utilización de productos financieros formales, flexibilizando sus características con créditos pequeños de baja rotación y alta frecuencia de pagos, creando una fuerte competencia al crédito informal.